En el presente caso, un trabajador amenazó y trató de agredir con un cúter a un encargado de la empresa, y para evitarlo, el administrador le agarró de un brazo, cayéndose ambos al suelo y forcejeando. Como consecuencia de esto, el administrador sufrió policontusiones que tardaron en curar 15 días (sin necesidad de tratamiento médico) , sufriendo el trabajador que portaba el cúter una herida en la nariz y una fractura de los huesos propios de dicha zona, necesitando cirugía para su curación.
La prueba practicada consistió en las declaraciones de los acusados y de dos testigos que permitieron corroborar que los hechos fueron los previamente descritos. Además, se aportaron por ambas partes los correspondientes pruebas documentales para demostrar las lesiones mencionadas.
Dicho lo anterior, la sentencia califica los hechos como dos delitos de lesiónes del artículo 147 del Código Penal, siendo el imputable al trabajador de entidad leve ya que la otra parte curaron tras una primera asistencia.
No obstante, en relación al administrador, se aprecia una eximente completa de legítima defensa, por entender el juez que cumple los requisitos exigidos por el artículo 20.4 Código Penal: en primer lugar, la existencia de una agresión ilegítima (que sí existía, teniendo además un instrumento peligroso); necesidad racional del medio utilizado (quedando justificado el uso de la fuerza física, al portar el otro individuo un cúter); y falta de provocación previa por parte del administrador, que de los hechos se extrae que no hubo.
Por ello, se absuelve a dicho acusado. Sin embargo, en lo que concierne al trabajador, es condenado por un delito leve de lesiones con pena de multa de 1 mes con cuota de 10 euros al día (que deberá abonar en dos mensualidades de 150 euros); así como a indemnizar al administrador con un total de 636,34 euros, por la responsabilidad civil derivada de los hechos. Asimismo, se le imponen también a éste las costas.
